No hay duda de que la baja productividad es un problema en el Reino Unido. La diferencia de productividad en ese país en comparación con el continente es tan pronunciada, duradera y sorprendente que hasta se ha ganado un nombre: “el puzle de la productividad inglesa”.
De hecho, se trata de un misterio que incluso sacó los colores del ministro de Hacienda británico, George Osborne, a quien se le preguntó por la cuestión y dijo “Francamente, nadie puede responder a esa pregunta…”
Para los trabajadores, las empresas y los países, reducir la brecha de productividad es esencial para mantenerse competitivos. Cuando las estadísticas muestran que, de promedio, los trabajadores británicos necesitan 5 días para producir lo que un trabajador alemán produce en 4 (a pesar de que, en el Reino Unido, los empleados trabajan unas seis horas semanales más), queda claro que hay un problema de fondo. Y los datos muestran que esta brecha productiva no es algo superfluo, ya que mejorar la productividad apenas 1 % anual, reportaría unas 9000 libras por hogar a lo largo de una década.
Pero ¿Qué motiva la baja productividad? ¿Cuál sería la comparativa con otros países? Y más importante todavía para lo que nos concierne, ¿cómo pueden las pymes identificar los problemas de productividad y mejorarla en su propia organización?
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Brecha de productividad: comparativa de valores
Cuando hablamos de la brecha de productividad del Reino Unido nos referimos a que su productividad queda por detrás de los principales competidores globales del país. La productividad del Reino Unido ha permanecido estancada desde la crisis económica del 2008. Las últimas estadísticas de Eurostat (2015) mostraban que:
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Una hora de trabajo en un país del G7 produce un 18 % más que una hora de trabajo en el Reino Unido.
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Según PIB por hora trabajada, la productividad de los EE. UU. es un 30 % mayor que la del Reino Unido.
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Un trabajador alemán solo necesita 4 horas para producir lo que un trabajador inglés produce en 5.
¿Por qué ha quedado atrás el Reino Unido a nivel de productividad?
Hay varios motivos por los que el Reino Unido está rezagado a nivel de productividad, como menos inversión en infraestructura, tecnologías e I+D, así como mala gestión y escasez de ciertas habilidades. El país también tiene niveles relativamente bajos de competencia debido a monopolios históricos e ineficaces y a la concentración de mercados.
Para las pymes, la lección más clara que se puede aprender del puzle de la productividad del Reino Unido es que invertir en tecnología para mejorar la productividad es un imperativo si se desea mantener la competitividad. Además, las pymes pueden aprovechar las plataformas de formación bajo demanda para mejorar las habilidades de la plantilla y generar agilidad, así como usar soluciones que permitan crear aplicaciones potentes con una metodología simple de arrastrar y soltar elementos en pantalla.
¿Qué pasa cuando baja la productividad?
La baja productividad perjudica el crecimiento económico. En lugar de hacer más con menos, las empresas hacen menos con más, lo que lleva al despilfarro de recursos y a un incremento en los costes.
¿Qué productividad tiene el Reino Unido?
Por PIB por hora trabajada en 2019, el Reino Unido fue el cuarto país más productivo del G7, detrás de Francia, los EE. UU. y Alemania, pero por delante de Italia, Canadá y Japón. Valorar el 2020 resulta difícil debido a la pandemia, que ha tenido un impacto asimétrico en los sectores, con restricciones, despidos y menores resultados por hora.
Cómo identificar puntos débiles de productividad en tu pequeña empresa
Define puntos de referencia
Es útil establecer comparativas de tus productos, servicios y procesos con los de las empresas que se consideran líderes del sector, ya que de esta forma se pueden identificar con más facilidad las oportunidades de mejora existentes. Puede encontrar un resumen de las fases de este proceso, también denominado benchmarking, en una de las entradas de nuestro blog.
Por otra parte, alguien dijo acertadamente que no se puede mejorar lo que no se mide, de forma que además del benchmarking, es importante medir la productividad de tu empresa, lo que te permitirá sacar conclusiones incluso antes de establecer comparativas.
Evalúa las habilidades de la plantilla
Es evidente que el conjunto de habilidades de un empleado tiene un peso propio y muy destacado en la productividad de tu empresa. Por ello, es indispensable conocer cuáles son las competencias de tus empleados y qué grado de conocimiento tienen en ellas. En este sentido, puedes recurrir a una plataforma de formación como Trailhead, que te permitirá no solo evaluar sus niveles de habilidad, sino también desarrollar nuevas capacidades y mejorar las existentes. Esto también repercutirá en la eficiencia de tus empleados y la agilidad empresarial, al permitir reducir los cuellos de botella competenciales en puntos estratégicos.
Revisa los procesos de gestión y de liderazgo
Otra parte esencial del engranaje productivo es la relativa a los procesos de gestión y liderazgo, que obviamente tienen una particular repercusión en el trabajo de todos sus subordinados. Echa un vistazo a estos 6 trucos de productividad para líderes empresariales y descubre herramientas de inteligencia artificial como Quicktext o Einstein, que pueden agilizar considerablemente tus procesos.
Evalúa los flujos de trabajo
La mejora de la productividad, pasa también por evaluar con ojo clínico la forma en que tu empresa opera a nivel general, y en determinar si los flujos de trabajo internos son todo lo sencillos y eficaces que deberían. Para ello, es útil establecer métodos de feedback interno y componer un grupo de trabajo compuesto con miembros de distintos departamentos, y no solo necesariamente en posiciones de liderazgo. De esta forma, podrás poner en común la información disponible y valorar los flujos existentes, posiblemente mejorándolos en el proceso. Otra forma clave de mejorar los flujos de trabajo, es recurrir a herramientas que automaticen las tareas más tediosas y repetitivas de forma que el talento humano se centre en actividades más rentables.
Compara las herramientas y las tecnologías
Las herramientas y tecnología a menudo marcan la diferencia entre las empresas y esto es algo que Salesforce ha detectado con particular fuerza en su último estudio de tendencias de pymes. La transformación digital, cuyo desarrollo se ha acelerado mucho con la llegada de la pandemia, está creando una brecha entre las empresas que se han preparado para la agilidad y las que no. Soluciones como los CRM en la nube o la tecnología de inteligencia artificial están cambiando las normas del juego, por lo que si todavía no cuentas con ellas o crees que puedes mejorar su integración, la productividad de tu empresa puede mejorar de forma drástica.
En conclusión, como hemos visto en el llamativo ejemplo del Reino Unido, y que podemos exportar al mundo de las pymes, la productividad es un aspecto crítico que debes controlar, sin olvidar que depende directamente de cuestiones como la inversión, las herramientas, el personal y el liderazgo de la empresa, entre otras cuestiones.
Para más información echa un vistazo a este estudio complementario que te ofrece 5 claves de productividad que te permitirán mejorar tu empresa.
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