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La digitalización ayudó a la Fundación Banco de Alimentos de Madrid a duplicar su ayuda en el año más difícil

La digitalización ayudó a la Fundación Banco de Alimentos de Madrid a duplicar su ayuda en el año más difícil

Fundación Banco de Alimentos de Madrid gestionó en 2020 mercancía por valor de 40 millones de euros. Sin ayuda de la digitalización no hubiese salido airosa de la peor crisis social, duplicando el número de personas atendidas y multiplicando la cantidad de kilos de alimentos entregados.

La digitalización ayudó a la Fundación Banco de Alimentos de Madrid a duplicar su ayuda en el año más difícil

Si fuese una empresa de alimentación, Fundación Banco de Alimentos de Madrid, hubiese gestionado en 2020 mercancía por valor de 40 millones de euros. Sin un proceso de transformación digital, acelerado por la pandemia, no hubiese salido airosa de la peor crisis social en la España reciente, duplicando el número de personas atendidas (de 130.000 en diciembre de 2019 hasta 236.000 en abril-mayo de 2020).

La transformación digital no es ajena a las organizaciones sin ánimo de lucro, que encuentran en la tecnología el medio idóneo para ampliar el alcance de su labor, siempre al servicio de los más necesitados. La Federación Española de Bancos de Alimentos (FESBAL) la conforman 54 Bancos de Alimentos asociados de toda la geografía española y que operan repartiendo alimentos entre más de 8.000 entidades benéficas y a más de 1.560.000 beneficiarios.

Una de estas 54 entidades es la Fundación Banco de Alimentos de Madrid, una fundación que nació hace 25 años. Su responsable de Marketing y Comunicación, Mila Benito, recuerda que uno de los objetivos de los bancos de alimentos es evitar el despilfarro de comida, además de paliar el hambre: “Nuestra fundación atiende a una parte del 17% de la población madrileña, que está en situación de riesgo de exclusión social”. La situación excepcional desencadenada por la crisis de la COVID-19 llevó a la Fundación a comprar alimentos por primera vez en su historia, a pesar de la enorme ayuda recibida por parte de las empresas.

Aparte de las donaciones de particulares, las fuentes para conseguir alimentos son diversas: recuperación de frutas y hortalizas (programa con la UE), acuerdo con empresas de Mercamadrid (que cede 7 naves), gestión del excedente de la industria alimentaria (por ejemplo, productos con fecha de caducidad próxima) y programa FEAD -Fondo de ayuda europea para personas desfavorecidas-.

La Fundación pasó de tener más de 400 voluntarios activos a 200. Las redes sociales fueron fundamentales para captar a jóvenes que se incorporaron a colaborar activamente en sus almacenes. Tampoco faltaron empresas que ayudaron con sus coches, flotas completas que no podían salir a trabajar y contribuyeron a esta gran labor. Como le ocurrió también a muchos negocios, reinventarse no era una opción, era una necesidad.

“La digitalización ya estaba en nuestros planes, pero pasamos de atender a 130.000 personas en diciembre de 2019 a 186.000 en diciembre 2020. El confinamiento redujo las donaciones y el trabajo de nuestros voluntarios y se abrió un nuevo escenario donde necesitábamos atender muchas llamadas y no disponíamos, por ejemplo, de centralita virtual”, detalla Mila Benito.

Compromiso para que nadie se quede atrás

El compromiso filantrópico de Salesforce forma parte de sus valores corporativos y en su afán de tratar por igual a todas las personas, colaboran con fundaciones como ésta a través de su software y del tiempo de voluntariado de sus empleados. “La experiencia de Salesforce, como la de otras grandes empresas, fue clave para poder acelerar nuestro proceso de digitalización y atender un nivel de demanda que no desciende”, apunta Mila Benito. “Ha sido esencial la comunión entre empresas y organizaciones sin ánimo de lucro para luchar frente a la pandemia”.

Salesforce comenzó a colaborar con Banco de Alimentos de Madrid hace seis años, con la involucración directa de sus empleados, que dedican un 1% de su tiempo laboral anual a causas sociales como ésta. Una de las acciones más valoradas por Mila Benito fue su papel en la gran recogida de alimentos del mes de noviembre: “Hasta ese momento solo recogíamos alimentos físicamente en los supermercados, tarea que se complicó por la reducción de la movilidad obligada por el virus. Gracias a la digitalización pudimos lanzar ‘operaciones kilo online’ con donaciones de dinero para comprar alimentos. La digitalización nos hace más eficaces. Nuestra recaudación en 2019 fue 1.750.000 kilos de alimentos y en 2020 esta cifra ascendió a más de 7 millones de kilos, que nos permitieron atender toda la demanda de ayuda necesaria provocada por la crisis de la COVID-19”.

Como vemos, las necesidades de gestión de este banco no difieren de las de una gran empresa de alimentación. El valor de la mercancía gestionada el pasado año fue de 24 millones de kilos, que equivale a 40 millones de euros y para nosotros supone una satisfacción enorme contribuir a esta causa, demostrando que la tecnología no deshumaniza, sino que rehumaniza.

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