Organizarse lo mejor posible al trabajar desde casa, manteniendo una productividad constante y un equilibrio sano entre el trabajo y la vida personal, es más complicado de lo que parece. Quienes trabajan desde casa deben afrontar algunos aspectos críticos del smart working: la sensación de aislamiento, el burnout por exceso de trabajo, la desmotivación y el bajón de energía cuando la jornada de trabajo carece de una estructura sólida, las distracciones del hogar, la ausencia de compañeros y de la peer pressure, que contribuye a crear un sentido de la responsabilidad a la hora de concluir una tarea.
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En este artículo, vamos a ver 10 consejos y herramientas para mejorar la productividad al trabajar desde casa y conseguir un sano equilibrio entre la vida privada y la vida profesional (work/life balance).
1. Organiza tu espacio de trabajo
Trabajar desde el sofá, o incluso desde la cama durante los primeros días de teletrabajo puede parecer liberador, pero muy pronto nos daremos cuenta de que es una malísima idea. Para favorecer la concentración y la productividad, organiza tu espacio de trabajo en casa, igual que si fueras a la oficina. Reserva una habitación de la casa para instalar tu home office: si no te sobra una habitación, hazte un rincón de trabajo en una zona de tu salón o en el dormitorio. Elige un lugar luminoso, decóralo de forma funcional con escritorio y silla ergonómica, mantén el espacio limpio, ordenado y silencioso. Si es imposible aislar los ruidos externos, invierte en unos buenos auriculares para las llamadas y las actividades que requieran concentración.
2. Define reglas claras con las personas que viven contigo
Si vives con tu familia o compartes casa con otros compañeros, comunica claramente cuándo necesitas trabajar sin que te molesten y organízate con ellos para respetar todos y de mutuo acuerdo los espacios y los tiempos de cada uno.
3. Programa de antemano la semana y cada jornada laboral
Sentarse delante del ordenador sin tener las ideas claras significa perder tiempo en preguntarse por dónde empezar. Planifica de antemano la semana de trabajo y las actividades de cada jornada laboral con una herramienta sencilla como Google Calendar o similar, donde:
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asignar las horas laborales y las no laborales
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programar las tareas rutinarias
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programar las tareas más difíciles, sin subestimar el tiempo ni la concentración que requieren
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concertar llamadas y reuniones, asignándoles una duración definida
4. Identifica tus horas más productivas y úsalas para los trabajos más difíciles
¿Eres un búho o una alondra? ¿Rindes al máximo por la mañana temprano, por la tarde o al caer la noche? Una vez que entiendas tu periodo de máxima productividad, evita malgastarlo para hacer cosas que no sean prioritarias y dedícalo a las tareas que requieran más esfuerzo cognitivo y creativo.
5. Evita procrastinar
Trabajar sin la presión de los compañeros y los superiores puede favorecer la procrastinación, uno delos obstáculos más comunes para la productividad en el teletrabajo. Sin la comparación con otras personas ni la influencia del contexto resulta más difícil encontrar la inspiración. Si te sientes tentado a retrasar el trabajo para un momento en el que te sientas «más inspirado», sigue un consejo muy sencillo: haz algo. Ponte en movimiento, empieza a trabajar aunque el resultado no sea el mejor posible. Quedarnos parados nos puede empujar a un impás todavía más difícil de superar, mientras que entrar en acción da impulso a la motivación.
6. Desactiva las notificaciones de los chats y las redes sociales
Las herramientas que nos permiten comunicarnos con los compañeros durante el teletrabajo son muy valiosas para sentirnos conectados y parte de un equipo. Pero, en determinados momentos, pueden convertirse en una distracción y en un obstáculo para la productividad. Cuando necesites concentrarte al máximo, pon en silencio las notificaciones o desactiva los canales Slack dedicados a los chats informales con el equipo de trabajo. Con mayor motivo, desactiva las notificaciones de las aplicaciones de mensajería y redes sociales.
7. Permítete pausas activas
En casa es fácil dejarse absorber por el trabajo hasta el punto de olvidarse de hacer un descanso: puede parecer síntoma de eficiencia, pero, en realidad, las pausas son importantes para la productividad, porque permiten al cuerpo y a la mente recargarse y volver al trabajo más frescos y activos. Permítete hacer pausas frecuentes, todavía mejor si son activas: en vez de revisar pasivamente Instagram, TikTok o las últimas noticias, da un paseo al aire libre, haz un recado, interactúa con otras personas.
8. Identifica cuándo es el momento de desconectar
El burnout es uno de los principales riesgos asociados al smart working. Puede ocurrir que nos sumerjamos en el teletrabajo con la preocupación de ser menos productivos que en la oficina y que acabemos trabajando muchas más horas de lo previsto. Para mantener un buen equilibrio entre la vida personal y el trabajo, define claramente los horarios de trabajo y respétalos. Para ayudarte a desconectar más fácilmente y con menos sensación de culpa, prueba a fijar compromisos justo después de tu horario de trabajo: por ejemplo, una cena en familia o un curso presencial. Si la actividad implica a otras personas, sentirás la responsabilidad de acabar el trabajo a una hora razonable para no llegar tarde o posponer tu compromiso.
9. Haz videochats frecuentes con compañeros y supervisores
El aislamiento y la sensación de desconexión son algunas de las molestias que manifiestan con más frecuencia quienes teletrabajan. En el caso del trabajo híbrido, que alterna jornadas de trabajo en la oficina con jornadas de trabajo desde casa; el problema se nota menos. Pero, si trabajas desde casa a tiempo completo, los entornos digitales como Slack y las plataformas de videoconferencia pueden ser de gran ayuda para cultivar las relaciones de trabajo, reducir la sensación de aislamiento y mejorar el trabajo en equipo.
10. Cuida tu bienestar
El bienestar físico y mental es un factor clave para la productividad. Por desgracia, trabajar desde casa puede hacerte bajar la guardia y favorecer hábitos poco saludables. El frigorífico está al alcance de la mano para un tentempié de más: pasar mucho tiempo en casa puede quitarte las ganas de salir a correr o de ir al gimnasio, quizá para para ver series de televisión en bucle: al pasar demasiado tiempo delante de la pantalla, los patrones de sueño se alteran. Duerme lo suficiente, practica actividad física y sigue una dieta sana. Si temes que cocinar cada día platos equilibrados te robe tiempo y energía para trabajar, aprovecha el domingo por la tarde para preparar la comida y guardarla en el frigorífico para toda la semana.
Smart working: cómo está cambiando el mundo laboral
Para profundizar sobre el tema del teletrabajo y cómo está cambiando la cultura empresarial, también puedes leer: Teletrabajo: ¿cómo está evolucionando y cómo cambiará la forma de trabajar?
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