Qué es y cómo elegir una plataforma
de e-commerce

Contar con una plataforma de ventas en línea conlleva una serie de ventajas significativas tanto para los vendedores como para los consumidores. Estas ventajas han contribuido enormemente a la expansión y al éxito del e-commerce en todo el mundo.

Las plataformas de e-commerce permiten a los vendedores llegar al mercado mundial sin las restricciones geográficas que se imponen a las tiendas físicas. Esto amplía significativamente su alcance y la posibilidad de llegar a clientes ubicados en diferentes países y continentes.

Además, las tiendas virtuales están “abiertas” todo el tiempo. Esto significa que los vendedores pueden realizar ventas hasta cuando duermen, pues las tiendas virtuales están disponibles siempre para clientes que habitan en diferentes zonas horarias, lo cual supone una conveniencia excepcional para vendedores y compradores.

Los clientes tienen acceso a una amplia gama de productos y servicios en una sola plataforma, lo que les permite comparar precios, características de los productos y leer reseñas sobre estos antes de realizar una compra. De la misma forma, las plataformas de e-commerce utilizan datos para ofrecer recomendaciones personalizadas, ofertas especiales y experiencias adaptadas a los intereses y preferencias individuales de cada cliente.

En comparación con una tienda física, una plataforma de ventas en línea tiene costos operativos más bajos. No es necesario invertir en arrendamientos costosos de locales, en mantenimiento o personal en la misma medida que se necesitaría para una tienda física.

Las plataformas de e-commerce también permiten una flexibilidad considerable para adaptarse a las necesidades cambiantes del mercado. Además, ofrecen la posibilidad de escalar rápidamente las operaciones para manejar un aumento repentino de la demanda o el propio crecimiento del negocio.

El comercio electrónico no se limita a simplemente posibilitar que un cliente adquiera el producto o servicio de la empresa en línea. Una solución de e-commerce eficaz necesita ser amplia, innovadora y personalizada de acuerdo con las necesidades y los objetivos de la empresa que la está implementando. ¿La plataforma se puede integrar con el CRM o CMS? ¿Requiere niveles elevados de seguridad? ¿Se necesitará extenderla para alcanzar el mercado exterior?

La elección de una plataforma de e-commerce no es un proceso simple y requiere que se tomen en cuenta, además de los desafíos inmediatos, los proyectos para el futuro de la empresa. La solución debe poder soportar experiencias de compra igualmente robustas en computadoras y dispositivos móviles e integrarse fácilmente con la presencia en línea (y offline, porque, en definitiva, vivimos una realidad omnichannel) de la marca.

Por todo eso, hay algunos aspectos que necesitarás evaluar en el momento de elegir una plataforma de e-commerce para tu negocio:

¿B2B o B2C? Los servicios que ofrecen estos dos tipos de negocio demandan recursos diferentes porque sus necesidades también son diferentes. ¿La plataforma es escalable y logra adaptarse a lo que necesita tu e-commerce?

¿On-Premise o Cloud? En la realidad actual, las plataformas de ventas en línea deben ser ágiles, escalables y de fácil acceso. Por eso, las empresas líderes están buscando cada vez más soluciones basadas en cloud computing. Esas plataformas en la nube te permiten eliminar los costos de creación, manutención y actualización de hardware, pues ya no necesitarás la infraestructura de los sistemas internos. Además, todos los usuarios autorizados podrán acceder libremente a la información del mismo cliente, al inventario y a los datos de negocios desde cualquier lugar o dispositivo y en tiempo real.

Elegir la mejor plataforma es esencial para conquistar clientes leales y establecer con ellos una relación duradera. De hecho, los consumidores que vuelven a un e-commerce gastan un 67% más en el segundo o tercer año como compradores de una empresa que lo que desembolsaron en los primeros seis meses. Esto deja en evidencia que la experiencia del cliente no termina después de una compra, especialmente para negocios que dependen de un período de tiempo más largo para cerrar un contrato, por ejemplo.